El presidente dejó a un lado sus críticas, afirmó que el órgano necesita tranquilidad y anuncia' que no se plantea renovar la composición
La ofensiva que el presidente del Gobierno desplegó hace apenas 48 horas contra el Consejo Económico y Social, acusándolo de tendencioso y de responder más a criterios políticos que técnicos, se ha desinflado. Ignacio Diego respondió a los informes del órgano consultivo del Gobierno enmendando los dos únicos acuerdos fiscales adoptados por el Ejecutivo hasta la fecha: la supresión del Impuesto de Sucesiones y el de las bolsas de plástico, con contundencia, pero ayer rebajó considerablemente el tono de sus declaraciones.
El presidente dijo el martes que el CES estaba siendo parcial y recordó que ocho de sus miembros habían sido nombrados por el anterior ejecutivo. Ayer, más templado, aseguró que el CES «es plural» y que «necesita tranquilidad».
Diego llegó incluso a admitir que se había expresado «con cierta dureza», aunque rechazó que sus palabras supongan una «falta de respeto» hacia la institución.
Con las críticas del presidente aún resonando en los oídos de los 25 miembros del Consejo Económico, a los que no sólo tachó de tendenciosos, sino que llegó a asegurar que el contenido del dictamen que rechaza la supresión del Impuesto de Sucesiones era «un disparate», el jefe del Ejecutivo cambió el tono provocador que había empleado horas antes y apeló a la libertad de expresión para explicar sus críticas.
También rechazó que se busque en esas críticas el origen de la reducción en un 30% de los fondos que sufrirá el CES en los próximos presupuestos porque, según defendió, también la secretaria general de UGT, María Jesús Cedrún, fue una decisión que ya se había adoptado hace dos meses, cuando estos dos dictámenes aún no habían sido elaborados.
Ayer, tras la firma del documento marco de la concertación social, presidente y sindicatos mostraron su cara más magnánima y, mientras el primero daba un giro de 180 grados, aseguraba que el CES es plural y anunciaba que no se plantea modificar su composición, los representantes de los trabajadores se reafirmaban en que la dirección del órgano consultivo «siempre ha sido constante». El secretario general de Comisiones Obreras, Vicente Arce, elogió que el CES no se comporte «como un camaleón», esto es, que no cambie su posición respecto a los temas sobre los que se pronuncie como consecuencia del relevo en el Gobierno. Dijo no entender el «boom» y el «ataque» a las opiniones del Consejo. «El CES es el mismo, aquí lo que ha cambiado es el Gobierno», apostilló.
Y como prueba de que no hay resquicios de rencor -al menos entre esas dos partes: sindicatos miembros del CES y presidente- entre risas afirmó que el Consejo es «tendencioso», como lo calificó Diego, en el sentido de que «sigue la misma tendencia» que antes de los comicios que dieron la mayoría absoluta al PP. El presidente de la CEOE, Alfredo Salcines, no se pronunció al respecto.
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