Un informe y 25 documentos oficiales para responder a la demanda presentada por la OID, organización utilizada en varias ocasiones por el PP para denunciar al Ejecutivo regional PSOE-PRC.
Faltan documentos. Pero no uno cualquiera. En la prolija documentación remitida por el Gobierno del PP a los parlamentarios integrantes de la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre GFB no figura el informe elaborado por Sodercan en 2008 a instancias de la Fiscalía Anticorrupción y tras la denuncia presentada por la OID, organización utilizada en varias ocasiones por el PP para denunciar al Ejecutivo regional PSOE-PRC. Ni el informe ni los 25 documentos oficiales que lo acompañaban está entre los documentos que el Ejecutivo presidido por Diego entregó a los miembros de la Comisión de Investigación 24 horas antes del inicio de las sesiones de trabajo. Según el ex consejero delegado de Sodercan. Salvador Blanco, dichos documentos serían muy útiles para aclarar la mayor parte de las cuestiones sobre las que el PP centra una y otra vez sus preguntas a los comparecientes ante la Comisión.
Fueron las preguntas del diputado socialista Juan Guimerans al ex máximo responsable de Sodercan, Salvador Blanco, las que dieron un vuelco a las sesiones de la Comisión de Investigación, caracterizadas hasta el momento por el juego de preguntas con respuesta, la misma repetida decenas de veces, en el que se ha encastillado la diputada del PP, María Antonio Cortabitarte. Ésta practica una forma de preguntar en círculo, volviendo siempre al inicio de la argumentación y volviendo a plantear la misma cuestión, en un intento de que el compareciente cometa algún error y así poder acusarle de mentir. Lo ha hecho en casi todas las comparencias celebradas hasta ahora, desde el presidente del anterior Gobierno, Miguel Ángel Revilla, a la ex vicepresidenta Lola Gorostiaga, pasando por el que fuera consejero de Economía, Ángel Agudo, o los dos máximos responsables de Sodercan entre 2003 y 2011, José Villaescusa y Salvador Blanco.
Blanco ofreció todo tipo de detalles sobre el informe remitido a la Fiscalía. La sucesión de los hechos, según quedó constancia en la comisión de investigación, es la siguiente. En abril de 2008 la OID, organización dedicada a la venta de cupones parecidos a los de la ONCE y enfrentada con el Gobierno de Cantabria que le había multado por organizar rifas ilegales, presentó una denuncia contra Sodercan por el proyecto de GFB. La OID ha actuado en varias ocasiones en la dirección marcada por el PP, utilizando recortes de prensa y declaraciones de dirigentes conservadores para presentar denuncias sobre presuntos casos de corrupción. Ninguna de esas denuncias prosperó, tampoco la de GFB de la que desde hace tres años y medio nadie tiene noticia.
No obstante, en su momento la denuncia de la OID motivó que la Fiscalía Anticurrupción solicitara, en mayo de 2008, un informe a la empresa pública Sodercan. En agosto o septiembre siguiente el informe, redactado por los servicios jurídicos de Sodercan y firmado por Blanco, se remitió al solicitante, acompañándolo de 25 documentos que se consideraban relevantes para probar lo que formaba el núcleo central del informe: la inexistencia de ilegalidad alguna en el desarrollo del proyecto para la creación de la planta de fibroyeso en Orejo. Las preguntas del socialista Guimerans parecieron incomodar al presidente de la comisión, el 'popular' Eduardo Van den Eynde, que intento en varias ocasiones cortar el hilo argumental del diputado socialista Guimerans.
La mayor parte de los documentos remitidos a la justicia, como la valoración de maquinaria, los convenios marcos, el protocolo, los contratos, cuentas de la sociedad, etcétera, resultan fundamentales para conocer cómo y por qué se produjo el fracaso de GFB. Ni el informe entregado a la Fiscalía ni buena parte de los documentos oficiales que se adjuntaron por Sodercan están entre la documentación remitida por el Gobierno del PP a los integrantes de la Comisión Parlamentaria de Investigación.
MALA GESTIÓN
Fueron las preguntas del diputado socialista Juan Guimerans al ex máximo responsable de Sodercan, Salvador Blanco, las que dieron un vuelco a las sesiones de la Comisión de Investigación, caracterizadas hasta el momento por el juego de preguntas con respuesta, la misma repetida decenas de veces, en el que se ha encastillado la diputada del PP, María Antonio Cortabitarte. Ésta practica una forma de preguntar en círculo, volviendo siempre al inicio de la argumentación y volviendo a plantear la misma cuestión, en un intento de que el compareciente cometa algún error y así poder acusarle de mentir. Lo ha hecho en casi todas las comparencias celebradas hasta ahora, desde el presidente del anterior Gobierno, Miguel Ángel Revilla, a la ex vicepresidenta Lola Gorostiaga, pasando por el que fuera consejero de Economía, Ángel Agudo, o los dos máximos responsables de Sodercan entre 2003 y 2011, José Villaescusa y Salvador Blanco.
Blanco ofreció todo tipo de detalles sobre el informe remitido a la Fiscalía. La sucesión de los hechos, según quedó constancia en la comisión de investigación, es la siguiente. En abril de 2008 la OID, organización dedicada a la venta de cupones parecidos a los de la ONCE y enfrentada con el Gobierno de Cantabria que le había multado por organizar rifas ilegales, presentó una denuncia contra Sodercan por el proyecto de GFB. La OID ha actuado en varias ocasiones en la dirección marcada por el PP, utilizando recortes de prensa y declaraciones de dirigentes conservadores para presentar denuncias sobre presuntos casos de corrupción. Ninguna de esas denuncias prosperó, tampoco la de GFB de la que desde hace tres años y medio nadie tiene noticia.
No obstante, en su momento la denuncia de la OID motivó que la Fiscalía Anticurrupción solicitara, en mayo de 2008, un informe a la empresa pública Sodercan. En agosto o septiembre siguiente el informe, redactado por los servicios jurídicos de Sodercan y firmado por Blanco, se remitió al solicitante, acompañándolo de 25 documentos que se consideraban relevantes para probar lo que formaba el núcleo central del informe: la inexistencia de ilegalidad alguna en el desarrollo del proyecto para la creación de la planta de fibroyeso en Orejo. Las preguntas del socialista Guimerans parecieron incomodar al presidente de la comisión, el 'popular' Eduardo Van den Eynde, que intento en varias ocasiones cortar el hilo argumental del diputado socialista Guimerans.
La mayor parte de los documentos remitidos a la justicia, como la valoración de maquinaria, los convenios marcos, el protocolo, los contratos, cuentas de la sociedad, etcétera, resultan fundamentales para conocer cómo y por qué se produjo el fracaso de GFB. Ni el informe entregado a la Fiscalía ni buena parte de los documentos oficiales que se adjuntaron por Sodercan están entre la documentación remitida por el Gobierno del PP a los integrantes de la Comisión Parlamentaria de Investigación.
MALA GESTIÓN
El exconsejero delegado de Sodercan Salvador Blanco ha achacado el "problema" de la fábrica GFB de Orejo a los "gestores" que, en su opinión, "en algunos casos" no actuaron con el "rigor" que debían, sino que llevaron a cabo una gestión "un poco chapuza", mientras que la empresa pública dependiente del Gobierno de Cantabria ha actuado siempre con el "máximo rigor", además de con "profesionalidad y transparencia". Asimismo, ha negado que hubiera "ningún pelotazo" en torno a la adquisición de la maquinaria.
"Hicimos todo lo posible" porque la planta de fibroyeso echara a andar, ha admitido durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación habilitada en el Parlamento regional a petición del PP, para intentar esclarecer lo ocurrido en torno al proyecto, que se encuentra bajo la administración concursal. Además, sus 77 trabajadores se vieron afectados por distintos EREs (Expedientes de Regulación de Empleo).
En la primera parte de su intervención, que se ha prolongado durante tres horas y media, Blanco ha considerado que la planta es "un momio", "una bomba" para cualquier empresa del sector interesada en la producción de placas de fibroyeso, debido a la instalación y a la "buena" maquinaria, como han corroborado expertos en la materia e, incluso, "la competencia".
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