viernes, 30 de septiembre de 2011

CABZÓN DE LA SAL.- Educación suprime una parada del autobús escolar en La Pesa, en Cabezón




La cercanía del centro educativo en el que estudian los 43 escolares afectados, origen de la decisión 

Desde el Ayuntamiento, también del PP, nada se ha dicho al respecto




Un grupo de 43 niños del barrio La Pesa de Cabezón de la Sal ha sido privado del autobús que les trasladaba al colegio público Ramón Laza todos los días. El motivo que ha llevado a la Consejería de Educación (PP) a tomar esta decisión es que dicho transporte no cumplía la normativa según la cual «dentro de la misma localidad no se pueden transportar niños a menos de dos kilómetros» y la distancia entre La Pesa y el colegio no llega a un kilómetro.

El problema es que hasta ahora, y desde hace unos quince años, los pequeños han sido trasladados en autobús hasta el centro escolar aprovechando la ruta por Santibáñez, Carrejo, el barrio El Concejero y por último, realizaba una parada en La Pesa para recoger a los niños. A pesar de que las dos últimas paradas no cumplían la normativa, por encontrarse a menos de dos kilómetros del colegio, la Consejería lo permitía.

Hasta este inicio de curso, cuando los padres recibieron la comunicación de que el servicio había llegado a su fin. Desde entonces, están indignados porque «tenemos que hacer cuatro veces al día un recorrido de veinte minutos para llevar a nuestros hijos al colegio», se quejan.

Ante esta situación, los padres han decidido recoger firmas. Se reunieron más de 40 padres para dar cuenta de ello. Entre ellos estaba Pilar Marañón, con sus dos hijos de nueve y tres años, con el papel de las firmas en la mano. «Los niños salen a las doce y cuarto para comer y entran de nuevo a las dos y cuarto», explica. Pilar se queja porque «en lo que llegamos a casa y les damos de comer apenas nos da tiempo a volver a llevarles al colegio».

Los problemas

La distancia entre el barrio y el colegio no es corta, pero tampoco larga. Salvo en invierno, apunta Miguel Ángel, «que aquí dura nueve meses». Los niños revolotean entre la gente mientras sus padres hablan con los periodistas. Parecen pequeños para hacer el mismo recorrido cuatro veces al día. «Tienen entre tres y nueve años, aunque hay algunos de once», explica Ana Revuelta. «Los niños se cansan y además tienen que madrugar más». Algunos padres trabajan y no tienen tiempo de llevarlos al colegio, como Cecilia González, que antes dejaba a sus hijos en la parada a las nueve menos diez y ahora ha de llevarles ella.

De momento han recogido hasta cuarenta firmas que presentarán en la Consejería y también en el Ayuntamiento de la localidad, «aunque la alcaldesa ya nos ha dicho que no pueden hacer nada, es cosa de la Consejería».


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