sábado, 29 de octubre de 2011

PARLAMENTO.- Revilla asume la culpa de haber retomado un proyecto del PP

AFIRMA QUE LAS DECISIONES SE APOYARON EN LOS INFORMES DE INDUSTRIA Y SODERCAN


El ex presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla se ha atribuido la "responsabilidad" y la "culpa" de "retomar" el proyecto de fábrica de fibroyeso de GFB de Orejo, en Marina de Cudeyo, del que, ha remarcado, no fue él el "promotor", sino sus antiguos socios del PP cuando gobernaban juntos la región. Además, ha defendido que todas las decisiones las adoptó basándose en los informes y las opiniones de la Consejería de Industria y Desarrollo Tecnológico del Gobierno autonómico, a cuyo frente estaba Miguel Ángel Pesquera (PSOE), y de Sodercan, sociedad pública adscrita a este departamento.

Así se ha expresado, durante hora y media, el ex presidente cántabro y cabeza de lista por el PRC al Congreso de los Diputados en su comparecencia, la primera de todas las solicitadas, en la Comisión de Investigación que analiza, a petición del PP, los motivos de la decisión para la inversión pública, estimada en torno a los 60 millones de euros, para la instalación de la fábrica de fibroyeso en Marina de Cudeyo, que nunca llegó a entrar en funcionamiento y se encuentra bajo administración concursal tras varios ERE's que afectaron a sus 67 trabajadores.

Según ha reivindicado el regionalista, al asumir la Presidencia, "el espíritu que nos movió fue retomar la expectación" y el "afán de dinamizar el tejido industrial en Cantabria". Entonces, ha recordado, la construcción en España y el mundo estaba "en pleno auge". "Nos pensábamos que esto no iba a terminar nunca", ha expresado.

Y ha apuntado que los acuerdos en el Consejo de Administración de Sodercan se adoptaron "sin ningún voto en contra" de organismos como Caja Cantabria o la Cámara de Comercio.


"Querían meterme un gol"

El ex presidente ha recordado que tuvo el primer conocimiento de este proyecto cuando siendo vicepresidente, se enteró, en julio de 2002, leyendo la prensa al día siguiente de que lo presentara públicamente su socio de Gobierno del PP, el presidente José Joaquín Martínez Sieso, cuando la fábrica se iba a instalar en Reinosa.

"No tuvieron ni el detalle de presentármelos porque querían meterme un gol. Nos traen un mirlo blanco, nos venden la moto, lo hacen clandestinamente y luego da la impresión de que quien los trae es PSOE y PRC. Lo conocía José Joaquín Martínez Sieso", ha insistido Revilla, relatando lo que estuvo a punto de crear una "crisis de gobernabilidad" entre los socios.

Después de 2003, cuando el ya presidente se interesó por el proyecto al comprobar que tras la "euforia" la noticia "no tenía continuidad" y había caído en el "silencio y el olvido", pidió explicaciones al por aquel entonces consejero de Industria, el socialista Miguel Ángel Pesquera.

Éste le expuso que los directivos de la empresa rechazaban la "imposición" del anterior Gobierno de ubicarla en Reinosa. Esa localización perjudicaba al fibroyeso, ya que para su exportación requería desplazamientos al Puerto de Santander, y eso perjudicaba a este "muy delicado" material, como le expresaron los directivos a Pesquera, motivo por el cual el nuevo Gobierno ofreció como alternativa otro lugar, que estuviera no más lejos de 15 kilómetros del Puerto.

Pero les ponían como condición, ha añadido Revilla, que para firmar el protocolo, teniendo en cuenta la experiencia anterior, fuera el Gobierno de Cantabria el que se desplazara a Costa Rica para suscribirlo.

Así que a los promotores "no les conoció" hasta que no fue en 2004 a Costa Rica, y, Euroamérica, ha admitido, "no sabe" lo que es ("apañados estamos", le ha apostillado el PP), porque él entendía que la "voz cantante" en el socio privado la llevaba el señor Fischer.

Una vez allí, y dentro de una delegación en la que también estaban representantes de Ceoe y Caja Cantabria, "lo primero" que hicieron fue "comprobar" la entidad que tenía la empresa, para lo cual visitaron las "modernas" instalaciones de una fábrica, de las que "todos" obtuvieron "muy buena impresión".

Y además, se reunieron con el ministro de Industria de Costa Rica, quien se "deshizo en elogios" al grupo, Pujol y Martí, que representaba el 3% del PIB local, datos que se sumaron a una información bancaria "muy positiva" y a los informes técnicos previos, elaborados por Industria, según ha remarcado, que concluían que el proyecto "tenía muy buena pinta".


La decisión fue de Industria

Revilla ha detallado que no estuvo presente en las negociaciones no vio los informes técnicos o jurídicos previos, porque su manera de gestionar el Gobierno era "delegar" en los consejeros y fiarse "si le dicen que está bien", al confiar "absolutamente" en su proceso de toma de decisiones porque "el presidente no tiene que saber de todo".

"Me basta el conocimiento de mi consejero y su equipo, lo que ellos me decían", ha aseverado el ex presidente, quien ha dicho que lo mismo sucedió con la venta de la maquinaria, estimada en 44 millones de euros, una operación con la que Revilla no tuvo "nada que ver" y para la que ha emplazado, en reiteradas veces, al PP a que "pregunte en --la sociedad pública-- Sodercan".

Aunque entiende que "todo lo que ha hecho Sodercan está dentro de la legalidad", según ha defendido frente a las acusaciones de que la inversión comprometida superaba el 15% de los recursos propios del Grupo, por lo que para la operación era necesaria la autorización del Consejo de Gobierno.


Ni temor ni miedo

Revilla ha defendido que no siente "ningún temor ni miedo" y tiene la "conciencia absolutamente tranquila", aunque sí ha mostrado su "preocupación" por la situación de una iniciativa "que iba a ser un gran proyecto" y sobre el que sigue confiando en que podrá resolverse y "recuperarse" la inversión, pues la fábrica está finalizada y en un buen emplazamiento.

Y ha garantizado que animará al PP a que investigue lo sucedido con la maquinaria "obsoleta y sin garantía", que se acabó comprando en 14 millones de dólares más de lo presupuesto inicialmente, si finalmente no se descubre donde acabó ese dinero.




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