Diego se trae a sus consejeros a la ciudad que simbolizó el triunfo electoral del PP para dar su visto bueno al plan de recuperación del Besaya, el río más degradado de la región
Como sede de la reunión del Consejo de Gobierno se utilizó un espacio privado, desechando espacios oficiales como el Ayuntamiento o la Cámara de Comercio, algo cuanto menos sorprendente
Ignacio Diego eligió ayer Torrelavega para celebrar su habitual reunión del Consejo de Gobierno. Un gesto sin precedentes con mucho más alcance que una mera cuestión de gratitud hacia la segunda ciudad de Cantabria y el nicho del que salieron muchos de los votos que alzaron a los populares hasta la victoria el 22 mayo. Diego quiso aprobar allí el que será su gran proyecto en materia medioambiental de toda la legislatura: la recuperación del corredor del bajo Besaya, el río más degradado de la región, para cuya regeneración, ya en 1991, se estimaba necesaria una inversión de 4.300 millones de pesetas.
Un proyecto que afectará a otros ocho municipios -Cartes, Santillana, Suances, San Felices, Los Corrales, Miengo, Polanco y Reocín-, pero que sin duda tiene para Torrelavega mucha más trascendencia. Es la gran propuesta medioambiental del Ejecutivo para la ciudad del Besaya, que tiene en el horizonte de 2020 el plazo para la finalización de los trabajos.
Será hoy, en Cartes, en uno de los locales del Centro de Investigación Medioambiental (CIMA), cuando el jefe del Gobierno desvele los entresijos de una iniciativa que nace bajo la denominación 'Besaya 2020'. Diego detallará las directrices de un proyecto que pretende el máximo aprovechamiento de los valores territoriales de la comarca, tal y como ya adelantara el pasado sábado al ofrecer su balance sobre los primeros cien días de su gestión, y la integración del área en su contexto. Diego también explicará hoy cómo pretende el Gobierno acometer la ambiciosa propuesta: financiación (público-privada), plazos, proceso administrativo y posibles fórmulas de gestión.
A la cita han sido llamados los alcaldes de los nueve municipios ubicados en el bajo Besaya, pero con el presidente estarán también el consejero de Medio Ambiente, el director general del área, y los directores del CIMA y MARE (la empresa pública encargada de los residuos). Primero, como manda el protocolo, el presidente les contará a ellos la decisión que anoche adoptó su Gobierno en la reunión celebrada en la sede del Círculo de Recreo. Luego, el jefe del Ejecutivo, hará público su gran proyecto medioambiental.
El horizonte de 2020 se afianza como el umbral estimado por los populares para acometer algunas de las más ambiciosas gestas con las que pretenden comprometerse ante los ciudadanos. Ese es el plazo que el equipo de Diego se da también para que la integración ferroviaria de Santander sea un hecho.
La recuperación del frente fluvial a través de un proyecto ambicioso, que no sólo ofrezca un río limpio sino un entorno recuperado (son cientos los metros cuadrados abandonados, muchos de ellos parte de un corredor industrial), supondría para Torrelavega lo que para otras ciudades industriales han supuesto los saneamientos integrales, una suerte de recuperación del alma. En esta apuesta, en la que han trabajado el Partido Popular los últimos años, el Ejecutivo de Diego parece dispuesto a gastar buena parte del dinero de que disponga a lo largo de la legislatura para asuntos medioambientales, aunque se proponga, además, contar con la colaboración de otras administraciones.
El entorno del río es, a su paso por Torrelavega, uno de los lugares más maltratados por una ciudad que se convirtió en lo que es al amparo de las grandes industrias a comienzos de los años sesenta y que pagó el precio de esa prosperidad con altas dosis de contaminación.
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