Hasta hoy ningún otro Gobierno regional del PP había seguido la senda marcada por Mariano Rajoy en la convención nacional de Málaga
El Gobierno de Cantabria que preside Ignacio Diego funciona con dos velocidades: la rápida para los temas superfluos, la lenta para las cuestiones importantes. Así, ya tienen listo el proyecto para reformar la ley electoral y rebajar de 39 a 35 escaños el número de miembros del Parlamento. Mientras tanto, y a pesar de algunas contradictorias declaraciones, el Ejecutivo del PP no ha dado ningún paso significativo para la redacción de la Ley de Presupuestos.
De hecho la presentación ayer del proyecto de ley para bonificar hasta el 99% el impuesto de sucesiones, que solo podría aplicarse si está aprobado antes del 31 de diciembre, y que lógicamente debería haberse incluido en la Ley de Acompañamiento, es un mensaje claro de que los Presupuestos no van a estar aprobados antes de que flnalice 2011 por primera vez desde hace 16 años. A fecha de hoy ningún otro Gobierno regional del PP había seguido la senda marcada por Mariano Rajoy en la convención nacional de Málaga, donde anunció su intención de reducir de 350 a 300 el número de miembros del Congreso de los Diputados.
El proyecto de ley para modificar la norma electoral de Cantabria entrará en el Parlamento regional en las próximas horas. El PP quiere acelerar el debate y, sobre todo, que se produzca durante la campaña electoral, en la medida en que pretende publicitar su iniciativa como si su objetivo fuera el ahorro de los dineros públicos. En realidad se trata de un recorte presupuestario mínimo, no más de 200.000 euros anuales. Si de verdad se tratase de una medida para ejemplarizar sobre austeridad, la reducción de escaños propuesta debería haber sido más atrevida.
La trascendencia de la propuesta, que la tiene, es otra bien distinta de la austeridad en el gasto. Hay dos razones para no no platear una reducción mayor de diputados y ninguna tienen que ver con el ahorro de costes. En primer lugar, porque el PP no quiere abrir el melón de la reforma estatutaria, que sería inevitable si el número de diputados de la Cámara se sitúa por debajo de 35, que es el mínimo marcado por el Estatuto de Autonomía. Y en segundo lugar porque con 35 escaños el escenario de futuro ya le es suficientemente favorable al PP para mantener las mayorías absolutas.
Otras comunidades autónomas parecidas a la de Cantabria no se han planteado reducir el número de escaños de sus parlamentos. Cantabria tienen un poco menos del doble de población que La Rioja. Esta comunidad cuenta con 33 diputados en su Parlamento, cuyo presupuesto es diivil de saber al estar englobado con el del Gobierno.
Otra comunidad uniprovincial es Asturias, con un millón de habitantes, frente a los 600.000 de Cantabria. La Junta del Principado, su Parlamento, está formado por 45 diputados y dispone de un presupuesto de 14 millones de euros, frente a los 8 del Parlamento cántabro. Murcia, con casi medio millón más de habitantes que el Principado, elige el mismo número de diputados que Asturias, 45, y cuenta con un presupuesto similar, 13 millones de euros. Ninguna de esas Comunidades Autónomas ha planteado la modificación numérica de sus parlamentos, aunque existen las mismas razones de ahorro que en Cantabria.
El proyecto de ley para modificar la norma electoral de Cantabria entrará en el Parlamento regional en las próximas horas. El PP quiere acelerar el debate y, sobre todo, que se produzca durante la campaña electoral, en la medida en que pretende publicitar su iniciativa como si su objetivo fuera el ahorro de los dineros públicos. En realidad se trata de un recorte presupuestario mínimo, no más de 200.000 euros anuales. Si de verdad se tratase de una medida para ejemplarizar sobre austeridad, la reducción de escaños propuesta debería haber sido más atrevida.
La trascendencia de la propuesta, que la tiene, es otra bien distinta de la austeridad en el gasto. Hay dos razones para no no platear una reducción mayor de diputados y ninguna tienen que ver con el ahorro de costes. En primer lugar, porque el PP no quiere abrir el melón de la reforma estatutaria, que sería inevitable si el número de diputados de la Cámara se sitúa por debajo de 35, que es el mínimo marcado por el Estatuto de Autonomía. Y en segundo lugar porque con 35 escaños el escenario de futuro ya le es suficientemente favorable al PP para mantener las mayorías absolutas.
Otras comunidades autónomas parecidas a la de Cantabria no se han planteado reducir el número de escaños de sus parlamentos. Cantabria tienen un poco menos del doble de población que La Rioja. Esta comunidad cuenta con 33 diputados en su Parlamento, cuyo presupuesto es diivil de saber al estar englobado con el del Gobierno.
Otra comunidad uniprovincial es Asturias, con un millón de habitantes, frente a los 600.000 de Cantabria. La Junta del Principado, su Parlamento, está formado por 45 diputados y dispone de un presupuesto de 14 millones de euros, frente a los 8 del Parlamento cántabro. Murcia, con casi medio millón más de habitantes que el Principado, elige el mismo número de diputados que Asturias, 45, y cuenta con un presupuesto similar, 13 millones de euros. Ninguna de esas Comunidades Autónomas ha planteado la modificación numérica de sus parlamentos, aunque existen las mismas razones de ahorro que en Cantabria.
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