El Gobierno guarda absoluto silencio respecto a cuál será su decisión sobre el proyecto Colegios del Mundo. Ayer, el presidente de la Fundación Comité Español de los Colegios del Mundo Unido, el infante don Carlos de Borbón, se reunió durante cerca de hora y media con Ignacio Diego pero, tras el encuentro, ni uno ni otro quisieron hacer declaraciones.
El primero, como marca el protocolo para los invitados, dejó en manos del segundo cualquier decisión al respecto, y el segundo, cerca de las siete de la tarde, emitió un comunicado en el que señala que Don Carlos le ha hablado de la importancia del proyecto «para Cantabria y para España» y recuerda qué es Colegios del Mundo. Ni una palabra sobre la postura que finalmente adoptará el nuevo Ejecutivo en relación con un tema que el anterior dejó casi cerrado y que el actual presidente ha cuestionado en innumerables ocasiones.
El infante don Carlos llegó a la sede del Gobierno en Peña Herbosa poco antes de las doce. Diego, que habló del mal tiempo que recibía al presidente de Colegios del Mundo, y de lo grato que eso podría resultar para alguien que llegaba de Madrid mientras fotógrafos y cámaras hacían su trabajo, se encerró en su despacho con el Infante acto seguido. Hora y media después el Infante dejó la sede del Gobierno y en Colegios del Mundo remitieron a la nota del Gobierno toda declaración. Una nota que dejaba claro que el encuentro se había celebrado a instancias del presidente de la institución educativa.
Un proceso casi cerrado
Mientras tanto, el proceso puesto en marcha por el Ejecutivo PRC-PSOE, que en el mes de marzo aprobó la financiación de las obras (que supondrán una inversión de 58 millones de euros) se ha paralizado. Los trabajos, adjudicados a la UTE Sacyr-Ascán, debían estar acabados en 22 meses porque la idea, hasta ahora, era que las clases comenzaran en 2013. «Está todo parado», aseguraban ayer desde Ascán. Santiago Díaz Zavala, vicepresidente de la constructora cántabra, explicó que resta «un trámite de forma, pero necesario» para poner en marcha la obra, y que debe ser la Fundación Comillas la que diga cuándo pueden comenzar a trabajar.
La exvicepresidenta del Gobierno dejó casi cerrado el asunto antes de que se iniciara el proceso electoral (marzo, 2011). El Instituto Cántabro de Finanzas, el ICAF, asumiría la financiación en un 75% y una sociedad que constituirían las empresas adjudicatarias el 25 % restante. El entonces consejero de Economía explicó que, con las fórmulas de financiación elegidas, la inversión no computaría como déficit ni deuda para la comunidad autónoma. La cantidad que aportaría el Gobierno, el 75 % de los 58 millones que costará la obra, se consiguió a través de un contrato suscrito con el Banco Europeo de Inversiones.
Con la obra adjudicada, y cerrada la financiación, queda pendiente que el Patronato de Fundación Comillas asuma la gestión y dé el pistoletazo de salida. Una institución que se reunió por última vez hace un mes (15 de junio) bajo la tutela del entonces presidente en funciones, Miguel Ángel Revilla. En esa reunión se aprobaron las cuentas de 2010, la memoria de actividades y el informe de gestión, pero no se dio el último empujón al proyecto Colegios del Mundo. ¿Por qué?
Las respuestas son diversas. Miguel Ángel Revilla explicó ayer que cuando se propuso ratificar todo el camino andado hasta la fecha, el hoy consejero de Obras Públicas (entonces en el Patronato en representación de Caja Cantabria) «no lo vio oportuno». Éste, Francisco Rodríguez, asegura que Revilla falta a la verdad, pero no adelanta nada de lo que fue su postura en aquella reunión; otros, simplemente, explican que con un nuevo Gobierno a punto de tomar las riendas, lo prudente era esperar. «Algunos de los patronos cambiarían, así que creyeron que debía darse un tiempo», aseguran en la constructora que les explicaron tras la reunión.
Las respuestas son diversas. Miguel Ángel Revilla explicó ayer que cuando se propuso ratificar todo el camino andado hasta la fecha, el hoy consejero de Obras Públicas (entonces en el Patronato en representación de Caja Cantabria) «no lo vio oportuno». Éste, Francisco Rodríguez, asegura que Revilla falta a la verdad, pero no adelanta nada de lo que fue su postura en aquella reunión; otros, simplemente, explican que con un nuevo Gobierno a punto de tomar las riendas, lo prudente era esperar. «Algunos de los patronos cambiarían, así que creyeron que debía darse un tiempo», aseguran en la constructora que les explicaron tras la reunión.
Los patronos fundacionales son Caja Cantabria, el Banco Santander a través de la Fundación Marcelino Botín, y el apoyo explícito de su presidente, Emilio Botín; la Caixa y Telefónica, pero luego hay una larga lista de patronos natos, institucionales, electos y un patrono benefactor: Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés.
En cualquier caso, la alarma sigue activada entre los miembros del Ejecutivo saliente. «Es un asunto que está muy por encima de los gobiernos regionales. Es un asunto de Estado», dijo ayer el expresidente Miguel Ángel Revilla, que afirma que no quiere «ni pensar que el proyecto pueda llegar a paralizarse».
En la calle Bonifaz, los socialistas dicen estar a la espera de conocer la decisión final de Diego al respecto. También ellos han instado al nuevo jefe de Gobierno a tener en cuenta «un proyecto a todas luces ilusionante, no sólo para Comillas, sino para Cantabria».
Encuentro Diego y responsable Colegios del Mundo
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